viernes, 15 de abril de 2011

Hoyas, comprar o no comprar.

 ¡¡¡ Vaya dilema !!!

Como muchos de los que conocen la gran variedad que existe de esta planta, lo primero es que te quedas maravillado de ver fotos tan bonitas, bien por el color de las hojas, por su tamaño, por su forma y sobre todo por sus flores.

Ahí te entra el primer “gusanillo”.

Ahora viene la segunda parte:

Sin pensártelo dos veces te lanzas, según tus posibilidades económicas y tu círculo de amistades y conocidos en los foros, a comprar o solicitar esquejes de diferentes variedades.

El primer objetivo ya está conseguido. Yo soy uno de los que se mete en este grupo.

Ahora viene la cuestión.

Hemos comprados esquejes de ejemplares ridículamente pequeños (la mayoria  con unos precios “abusivos”) algunos de ellos ni tan siquiera enraizados. Todo depende del vendedor de turno.

Ya tenemos nuestra pequeña colección y comienza  la andadura.

La mayoría de nosotros no hemos recabado información anticipada y nos encontramos, en algunos casos, con ejemplares que no sabemos de su hábitat natural ni cuales son los condiciones óptimas para su crecimiento y desarrollo.

Empiezan los problemas.

El vendedor de turno (la mayoría) no te informa y debería de hacerlo, si ese esqueje que quieres comprar o has comprado, crecerá y dará flores en tu zona.

Así que nos encontramos que tenemos esquejitos  juntos y mientras unos necesitan cierta temperatura y cierta humedad, amen de luz y/o sol otros necesitan de otras condiciones, similares en algunos aspectos pero completamente diferentes en otros.

De hecho yo he perdido 5 o 6 esquejes o tal vez más (comprados “bastante caros”) por no saber “cuidarlos” o mejor dicho por no encontrarle las condiciones idóneas para su correcto desarrollo. Mi terraza no está situada en Malasia o en un bosque tropical, está en Málaga, con clima benigno pero con unos días de  terrá tremendos. Los que me vendieron los esquejes no me informaron de nada y ellos, con toda seguridad, tratan los esquejes con unas condiciones muy “artificiales” para podernos vender “la moto”.

Ahora viene otro tema no menos importante.

Yo poseo una terraza, que para ser una balconada es relativamente grande, donde puedo dejar que mis plantas, siempre vigilante, vayan creciendo a su antojo. Eso no quita que hace tres o 4 veranos tuve que volver a podarlas “todas” para poder seguir con ellas. Eso sin contar que ya he regalado 2 carnosas de las grandes y una krimson quenn, más otras que me llevé al apartamento para el jardín.

Están aquellos que tienen la suerte de tener un campo, una finca, un jardín o un parterre donde poder criarlas sin preocuparse de su ubicación. En este caso, al menos hay espacio. Otro cosa es las condiciones climáticas.

No voy a decir su nombre pero hay un exforero de infojardín que ha acumulado muchísimos esquejes, la mayoría comprados y los menos, regalados. Y todos para tenerlos en una o dos habitaciones de su vivienda. No se que piensa hacer cuando las plantas, que aún le sobreviven, digan “aquí estoy”.

Las plantas se hacen grande, más de lo que creemos, y en el caso de que se hayan adaptado a tu clima, llegará o puede llegar el momento que nos invadan completamente, por lo que la única forma de seguir con ellas, para aquellos que disponen de poco espacio, es someterlas a “podas” periódicas y entonces adiós hermosura y adiós flores.
Lo se por propia experiencia.

Con ello, en mi opinión, debemos valorar.

Primero: Viabilidad de la planta para nuestro clima.
Segundo: Disponibilidad de espacio y terreno para ubicar la planta para su pleno desarrollo.
Tercero: Coste económico del “esquejito”.

Una vez que hayamos sopesado todo ello, es cuando realmente deberíamos lanzarnos a la aventura.

O no tener en cuenta estos factores y como se suele decir: Lo que dure, dure.

Ahora, bien, otra cosa es muy diferente es que se trate de esquejes regalados. En este caso, aL menos, no te supondrá ningún "sacrificio" económico.
 
Yo lo tengo muy claro.

Continuaré con mis carnosas y seguirán siendo mis preferidas. Sus flores son majestuosas y su aroma y olor me encantan. No me importaría, llegado su momento y por falta de espacio, desprenderme de las otras. Solo dejaría las que se hayan adaptado bien, me den muchas flores y sean pequeñas.

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